En un bloque industrial en Newark, Nueva Jersey, detrás del Centro Recreativo Ironbound de cemento y ladrillo, está sucediendo algo de magia. Dentro de un almacén anodino, los brotes prosperan bajo bancos de lámparas LED: col rizada, bok choy, rúcula, pequeñas plantas diminutas que solo un horticultor podría identificar. Filas y filas y torres y torres de plantas, como una escena de una versión súper desinfectada de 'The Matrix', se están convirtiendo rápidamente en verduras de ensalada en AeroFarms. Esta granja vertical de 70,000 pies cuadrados, que la compañía dice que es la más grande de su tipo en el mundo, está oculta a plena vista, mientras los aviones rugen en lo alto, en la aproximación final al Aeropuerto Internacional Newark Liberty.
Granja interior vertical en AeroFarms Facility Crédito: Cortesía de AeroFarmsDurante una visita reciente a la finca, Viajes + Ocio Observó de cerca cómo funciona la agricultura aeropónica: una variedad de verduras se cultivan desde la semilla hasta la cosecha, no se plantan en el suelo sino en telas reutilizables que se tejen a partir de botellas de agua de plástico recicladas. Las lechugas y otras verduras de hoja verde se controlan constantemente, y los sensores ambientales en toda la instalación realizan ajustes frecuentes. El cofundador y director de marketing de AeroFarms, Marc Oshima, dice que incluso pueden alterar el sabor de sus cultivos, por ejemplo, hacer que la rúcula sea mucho más picante, manipulando los niveles de agua, la iluminación y otros factores. (No usan, se apresura a señalar, pesticidas o herbicidas).
A pesar de la tecnología intensiva en energía que impulsa la operación, AeroFarms dice que su comida es significativamente mejor para el medio ambiente en comparación con la agricultura tradicional. Un solo pie cuadrado de granja vertical, como la de Newark, puede producir 390 veces más que una granja al aire libre, dice Oshima. El uso de agua es limitado, ya que las plantas se cultivan. aeroponicamente y solo se empaña cuando es necesario. Todo esto ayuda a reducir la huella de carbono de los alimentos, tanto al reducir en gran medida los recursos necesarios para cultivar las verduras en primer lugar como al acercar la cosecha cosechada al mercado.